domingo, 1 de diciembre de 2013




 
Algo para recordar… una de las importantes y grandes batallas que se dieron aquí en Los Reyes Michoacán en el tan famoso llamado “Tanque verde”. Nos remontamos al 23 de noviembre de 1864, esto tuvo lugar cerca de donde hoy se encuentra el salón Gualquiria o el famoso Rio de Los Reyes, donde antes se encontraba la calle Chicacuaro, hoy conocida como Emiliano Zapata.
 La batalla de los encuerados.
 El 19 de febrero, después de tres días y tres noches, Salazar llegó a Los Reyes.
 Es mejor dejar el relato Don Jesús Romero Robles, en su historia de Michoacán, transcribe el relato del capitán Ignacio Cerda.
 En la mañana ordenó Salazar que se aseara la tropa. Los cuerpos se dirigieron al rio, y dejando sus fusiles en pabellón. Estaban los soldados en el baño; tranquilos, contentos porque sabían que el general velaba por ellos. De pronto comenzaron a oírse disparos, en la orilla de San Gabriel, barrio de Los Reyes. En aquel momento, comenzaban a llegar del rio los infantes de Salazar. Terrible era el aspecto de aquellos hombres. El toque de Generala los había sorprendido en el baño; la batalla fue tan apremiante, que no tuvieron tiempo de vestirse; y la mayor parte de ellos, desnudos, con el fusil a discreción y atándose las cartucheras, parecían demonios brotados del infierno. El enemigo a su vez, se presentaba por la calle principal (la del Olmo). Su primera columna, a de dos compañías de zuavos del tercer regimiento (300 hombres) avanzando a paso de guerra
 Salazar ordeno al teniente coronel Antonio Domínguez, que con el batallón de Toluca saliera al encuentro del enemigo. Domínguez, luego que se avisto con la columna contraria exclamo lleno de terror: ‘¡Muchachos, son franceses; media vuelta!’ y uniendo el ejemplo a la palabra huyo cobardemente. Entonces el coronel Méndez Olivares, Mayor General de la división, acompañado del teniente coronel Narciso Garcilaso, Comisario de guerra y del Capitán de estado mayor Francisco Ramírez, salieron a l encuentro de los fugitivos, lograron contenerlos. En este acto, Salazar les dirigió la palabra ‘Soldados de la Patria, solo a los cobardes se oculta el peligro, aquí tenéis a los francés. ¡Valientes hijos míos, a derrotarlos o a morir!’ ‘¡Viva la República!, contestaron los soldados, ¡Viva el general Salazar!
 Entretanto, los franceses desembocaban en la playa. Venían orgullosos y seguros del triunfo. Al mirar a loa chinacos, a aquella turba de hombres desnudos, de tez bronceada y de ojos centellantes por el valor y el patriotismo, los soldados extranjeros se quedaron atónitos
 En el primer momento de la victoria, Salazar, al ver que el teniente Pineda recobraba el sentido, le dio la mano para que se incorporarse y con voz emocionada exclamo: levántese usted, señor capitán, para que vea correr a los primeros soldados del mundo.
 MARIO ALBERTO ALCÁZAR DÍAZ
 

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