UN HIJO DE TINGÜINDIN
Ø Fue
don Francisco J. Mújica. Nació en Tingüindin, el 3 de sep. de 1884. Su padre, como maestro de esc., supo
de las amarguras de los cambios constantes de adscripción, y con él su familia.
Si ese peregrinar constante lo desarraigo de su lugar de origen, no lo despego
del suelo michoacano. Lo que en ocasiones puede considerarse un infortunio, en
realidad es oportunidad de “ampliación” de horizontes, que si no da
personalidad a nivel las convierte en figuras nacionales.
Ø Su
primer golpe de buena suerte fue ser hijo de un profesor quien no descuido la
educación de su hijo, Zináparo, La Piedad, Purépero, Chilchota y Sahuayo fueron
los escenarios de su educación elemental. Los estudios de bachillerato los
cursó en el Seminario de Zamora como alumno externo y el estudio de los clásicos
latinos dejo en él una honda huella. El sistema burocrático no pudo clavar
hondo sus garras en él, ya que fue receptor de rentas en Tancitaro y después en
Chavinda, donde le picó el gusanillo del periodismo de combate.
Fundo varios periódicos, atacó al gobernador Aristeo Mercado y tuvo que
salir de México para incorporarse a la junta revolucionaria maderista contribuyó
en la toma de Cd. Juárez, ante el asesinato de Madero y Pino Suárez, se
incorporó al movimiento constitucionalista.
Ø Si
el general Lucio Blanco llevó a cabo el primer reparto agrario en la hacienda
de Los Borregos de Tamaulipas, en 1913 incurriendo en el enojo de Venustiano Carranza,
Mújica desempeño el papel de tentador que no solo tentó, sino empujo a Blanco a
efectuar el reparto. La reforma agraria fue una de sus obsesiones, pero su
participación como diputado constituyente marcó una etapa de auténtica
transformación en beneficio del pueblo, de verdadera “Revolución “.
C O N T I N U A R A
No hay comentarios:
Publicar un comentario